Este grupo indígena conserva casi intactas sus costumbres, culturas y valores. Así lo observó una delegación de periodistas de Guayaquil gracias a una invitación de la Subsecretaría de Turismo del Litoral, cumplida el sábado 25 y el domingo 26 de junio en la parroquia Salasaca, cantón Pelileo (provincia de Tungurahua).
Todo empezó en Cruzpamba, lugar sagrado que nos acoje en esa mañana sabatina. Seis chamanes dentro del círculo solicitaban silencio. La ceremonia estaba por empezar, lo cual aumentaba la expectativa del centenar de presentes que rodeábamos la esfera.
Guineos, uvas, naranjas y diversos tipos de granos adornaban el gran círculo diagramado en aquella pampa de tierra fecunda y productiva. El viento ayudaba a la escena, soplando tan fuerte que las copas de los árboles se estremecían de un lado a otro, ofreciendo un aire de misticismo. Una fogata hecha de palo santo daba el toque final a la circunferencia, como la cereza en el pastel.
Así empezó la ancestral ceremonia del Inti Raymi del pueblo salasaca, realizada en la cuarta semana del mes de junio, para que coincida con el solsticio de verano, con el tiempo de la cosecha. Su objetivo: adorar al Taita Inti (padre sol), que junto a la Pacha Mama (madre tierra) proveen a los pueblos indígenas de todos los recursos necesarios para vivir y alimentarse. Esta ceremonia les permite purificarse y recibir nuevas energías en el proceso de interacción con la madre naturaleza.
Con aquel místico ritual el pueblo salasaca nos dio la bienvenda a los turistas nacionales y extranjeros que ese día visitamos su parroquia, ubicada a catorce kilómetros de la ciudad de Ambato.
Allí habitan 18 comunidades, todas regidas por la Junta Parroquial como gobierno de carácter público y por el Consejo de Gobierno del pueblo salasaca. Un paseo por las comunidades da cuenta que las actividades agraria y artesanal representan el pilar económico de este pueblo. El maíz y la papa tienen un papel preponderante en su alimentación. Sus tejidos en lanas de borrego, transformados en ponchos, suéteres, gorros, guantes, bufandas, tapices y demás, se destacan por ricos y variados diseños bordados que reflejan su cultura ancestral, exhibiendo motivos tan sagrados como el cóndor, considerado una deidad.
La comunidad de Patuloma tiene la primera hostería comunitaria de la zona, llamada Indi Wasi. Francisco Masaquiza (50 años), su esposa y tres hijos decidieron llevar a cabo este proyecto hace cinco años atrás. Con orgullo afirma que él la construyó con sus propias manos y que este negocio ofrece empleo a los habitantes de la zona. Actualmente su hostería posee nueve habitaciones múltiples y tiene proyectado para este año terminar con un total de doce... porque confía que el turismo salasaca seguirá creciendo, tanto como cada mañana se levanta el Taita Inti.
Publicado en revista Transport, agosto 2011
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