Sí, esa experiencia me ocurrió a mí. Ese pasajero reservó unos servicios turísticos de fin de semana en Bogotá para él y su pareja: un hombre también. Al principio me impactó, traté de disimular mi asombro, era la primera vez que atendía un pasajero gay, pero después de tratarlo durante dos días, tiempo que duró el proceso de reserva y cierre de venta, pude darme cuenta que se trataba de un hombre normal. Lo único diferente era su inclinación sexual.
Ésa es una de las mil anécdotas que un agente de viaje puede guardar en su gran libro de experiencias. Hasta hace unos pocos años atrás, el tema de los pasajeros gay era manejado de una manera sutil, por debajo de la mesa, al menos en un país conservador como el Ecuador. Actualmente este nicho de mercado está cobrando fuerza y protagonismo, quizás por influencia y tendencias de modas extranjeras o porque estamos en un constante fluir y evolución de ideas a través del tiempo.
Fue en Europa y en algunas ciudades de los Estados Unidos donde empezó la aceptación de ese turismo para público homosexual o LGBT (lesbianas, gays, bisexuales y trasvestis). En ese nicho hoy se destacan en Sudamérica ciudades como Río de Janeiro, considerado uno de los mejores destino gay del mundo, compitiendo con Buenos Aires que despunta como una sociedad amigable con los homosexuales y que posee el primer hotel gay 5 estrellas de Latinoamérica: el Axel, en pleno barrio de San Telmo, el cual sin duda será un alojamiento especialmente escogido para la luna de miel de las parejas que, gracias a una ley que funciona desde julio anterior, ya pueden casarse en Argentina.
Córdova, Rosario y Mendoza son otras ciudades argentinas que se apuntan a esta tendencia. Punta del Este y Colonia en Uruguay siguen sus pasos, mientras que Lima y Machu Picchu en Perú están dando sus primeros pininos con ofertas para el mercado del ‘arco iris’.
Carlos Melia, considerado el pionero de los viajes gay en Latinoamérica y creador de la primera agencia boutique gay, en una entrevista para una página web comenta que el turismo homosexual se diferencia del turismo común por el valor agregado que se le da al pasajero: información, contención y filtros en los proveedores.
También recalca que es un gran error globalizar a los turistas gay en una sola burbuja, ya que estos están divididos en segmentos. Por ejemplo, divididos por la edad, no es lo mismo la mentalidad y opresión social de un gay de 50 años que uno más joven y que se desenvuelve en un entorno más liberal. Así mismo los gustos de la comunidad gay son diferentes a la lésbica, que se inclina por un turismo de aventura y menos costoso. Melia cree que en Sudamérica se ha cambiado mucho de mentalidad con relación a este tema ya que ahora hay mayor exposición y mejor aceptación. Aún así aclara que no dejan de existir los prejuicios y tabúes.
Destinos amigables
‘Gay friendly’ es el término que se utiliza actualmente para denominar la tolerancia, respeto y aceptación a favor de la comunidad gay o LGBT. Lo cierto es que hay destinos preferidos por estos grupos dadas las condiciones y facilidades que poseen, sobre todo, en el sector turístico. Un estudio realizado por Community Marketing, consultora que se especializa en estudios del mercado gay, demostró que el 98% de los homosexuales prefiere pasar sus vacaciones en destinos gay friendly. En el caso del Caribe y Centroamérica se destacan: Puerto Rico, Costa Rica, Puerto Vallarta en México y Fort Lauderdale en la Florida.
Muchos hoteles han aplicado este concepto a su política de empresa. Significa que aparte de atender con cordialidad a sus huéspedes usuales asimismo les dan la misma calidez, trato y normalidad a sus huéspedes de la comunidad LGBT, sin que haya ningún tipo de discriminación o asombro. De la misma manera cada vez son más los establecimientos de servicios que se ajustan a esta modalidad, lo cual puede sonar a una excelente estrategia de marketing, aunque lo ideal es hacerlo con conciencia real.
Especialistas en el Ecuador
Los pasajeros gay no escatiman en invertir dinero por un servicio exclusivo al planificar sus vacaciones. Poseen mejor solvencia económica porque no tienen que mantener familias ni hijos, afirma Peter Lauffer de nacionalidad suiza y gerente de la operadora de turismo True Colors en Quito. Con diez años de experiencia manejando este tipo de mercado, sólo trabaja con pasajeros extranjeros ya que sus productos están enfocados a personas de nivel socioeconómico medio y alto (un circuito de nueve días para montar a caballo puede costar alrededor de dos mil dólares).
Él comenta que las mujeres gay prefieren el turismo de aventura y deportes extremos, mientras que los hombres prefieren destinos de playa, de relax y culturales. Otro punto importante que caracteriza este nicho es la predilección por viajar en grupo en los que no se aceptan niños y todos deben ser homosexuales. Lauffer aclara que sus pasajeros nunca han tenido malas experiencias o discriminación por parte de los ecuatorianos, por lo cual percibe mucha tolerancia.
Para Marcos Endara, propietario de la agencia y operadora de turismo Zenith Travel en Quito, el mercado de pasajeros gay representa un 10% del total de clientes que maneja. Tiene un departamento exclusivo que se encarga de atender los requerimientos de estos pasajeros. Al igual que su operadora colega True Colors, todos son extranjeros. Entre los destinos que tienen mayor acogida dentro del Ecuador están Galápagos, la Amazonía y Quito.
Perú es un destino que está ganando popularidad últimamente, indica Endara, que agrega que los pasajeros gay son particularmente amables, cultos y exigen servicios de primera. Por ello, cuando promociona algún crucero especial para público homosexual (siempre exclusivos y en chárters) lo hace a través de anuncios en revistas exclusivas de Europa y Estados Unidos, estrategia que le resulta porque así recepta los pedidos y reservas. Como anécdota recuerda que alguna vez manejó un crucero donde por confusión de género y apellidos mezcló en el grupo de gays a una pareja heterosexual de la tercera edad. Inicialmente la pareja estaba muy molesta y llena de prejuicios, al final del viaje quedaron satisfechos por la experiencia, afirmando que jamás se hubieran imaginado que los gays eran tan divertidos.
Guayaquil no se queda fuera. La agencia local Join’s Tour se especializa en turismo gay. Todo nació con la idea de uno de sus socios, Ricardo Bucarán, quien estaba vinculado con la comunidad GLBT. Sus clientes son ecuatorianos y prefieren realizar viajes de turismo fuera del Ecuador. Entre los destinos más solicitados se encuentran Río de Janeiro, Buenos Aires, Medellín y Cali. La mayor parte de sus clientes son jóvenes que bordean entre los 20 y 30 años y siempre están en busca de fiestas y diversión.
Más allá de cualquier prejuicio hay que tener en cuenta que cada día este nicho de mercado tiene mayor auge e importancia a nivel mundial. El mismo estudio de Community Marketing reveló que los gay gastan un 47% de sus ingresos en viajes y cuidados personales. Claramente se ha expuesto que son clientes que no se restringen en sus gastos, demostrando ser una jugosa porción de ese gran pastel llamado turismo. Este mercado resulta para nada despreciable y está a la espera de nuevos empresarios emprendedores e innovadores dispuestos a dar lo mejor de su profesión... y sin prejuicios.
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